Llegué
hasta aquí.
Puedo hacer dos cosas: seguir como voy, es
decir, no seguir. No avanzar.
O, lo que intento, coger carretera.
Coger carretera en el sentido más cercano a mí:
escribir.
Lo más seguro es que aquí no pase nada. Como en
mi vida. Pero escribo porque confío en que pueda pasar solo una cosa más: el
olvido.
Hasta ahora vengo a entender que desde que pasó
lo que pasó en mi vida lo único que he debido hacer es escribir. No hablar y
hablar y chillar, sino escribir y callar más. Este es el hastío: por eso prefiero
callar en muchas otras partes, y aturdirme acá. Encontrar un solo lugar en el que pueda ser yo y pueda
decir lo que bien me venga en gana sin esperar ninguna aprobación. Sin tener
que escuchar. Revolverme en mi propio dolor –una y otra vez– hasta que pueda
salir, no digamos airosa, pero salir.
Técnicamente hace un año no pasó nada. Hoy
tampoco.
Pero he logrado que pase todo dentro de
mí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario