domingo, 9 de diciembre de 2012

Necesito



Es decepcionante. Digo, el libro. El autor. Comienzo a sentir que ha sido sobrevalorado, que son pobres sus recursos. A veces de muy mal gusto. Nada más deprimente que ver a un escritor intentando ser gracioso: la gente no debe intentar ser nada, ¡debe serlo!
Otra vez estoy harta de todos. Necesito –pronto, urgente– una nueva obsesión. Una de esas que me hacen tanto bien, y que después me ponen a morder el piso de lo lindo. Una persona nueva a la que me den ganas de enviarle mensajes, canciones, lecturas. Escribirle correos. Alguien por descubrir, que me diga sinceramente que me aprecia. Conocer y ser conocida, no importa que como siempre el otro conozca de mí muy poco, eso mínimo que yo misma he llegado a conocer, y luego se aburra de mi dramatismo. Estoy dispuesta a sufrir por mis humillaciones, pero quiero que alguien me haga de nuevo interesante el mundo.
Gente nueva, placeres nuevos. Conversaciones nuevas.
Es triste cuando no te responden mensajes de texto. A veces me esfuerzo por entender eso de “si tus palabras no son más importantes que el silencio, cállate”, eso que usted me repite tanto, pero igual me pone muy mal. Triste, porque me veo intentando reactivar algo que evidentemente no existe. Es decir, no es tristeza, miento, es una insoportable patadita al ego.
En conclusión: necesito leer un libro mejor que el de este fin de semana. Y una bonita y nueva obsesión. No Ogro, quiero otro tipo de obsesiones, no la que usted propone. Necesito que un desconocido me diga que me ha empezado a querer. Eso es la vida. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario